En la actualidad, la industria de la moda es una de las más grandes a nivel mundial, pues la producción de ropa es la base económica de algunos países; siendo una industria multimillonaria dentro del marco del comercio internacional, ya que mueve alrededor de 2.4 billones de dólares al año y emplea a 75 millones de personas.¹

Este impacto se ha visto reflejado de un tiempo para acá en Colombia, ya que representa el 9.4% sobre el total del PIB industrial y además emplea alrededor de 600 mil personas. Colombia, a su vez cuenta con un robusto tejido empresarial y una fuerza de trabajo calificada, especializada y reconocida a nivel internacional. Además, tiene más de 16 acuerdos comerciales que le brindan un acceso preferencial con cero arancel a importantes centros de consumo y a cerca de 1.500 millones de consumidores de la industria de la moda en el mundo.² Todo esto, se evidencia en datos como lo son el hecho de que hoy por hoy Bogotá es la segunda ciudad de Latinoamérica con mayor inversión en moda o que para agosto del 2022 el gasto en moda alcanzó los 19,5 billones, un 9% más que en el 2021.³

Demostrando así, que es una industria en constante crecimiento, a razón de que la moda es una forma de expresión humana, que no solo representa el cómo nos vestimos a diario, sino que refleja nuestra identidad y el contexto socio cultural en el que nos movemos; llevando a que esta, sea un reflejo de importantes cambios políticos y sociales.  

Así a la par de este constante desarrollo, surge la necesidad de una protección jurídica en una industria que ha demostrado ser compleja y que nace desde la creación artística, pasa por su materialización y llega hasta la entrega final al consumidor. Por lo cual, el Fashion Law o el derecho de la moda, es en realidad una compilación de distintas áreas del derecho que se entretejen entre sí. Podemos encontrar por un lado, la propiedad intelectual, que nace como esa primera rama que acompaña a los diseñadores y creadores de la industria, protegiendo así todas sus obras y creaciones artísticas, para posteriormente dar lugar a otros temas como lo son: el derecho comercial en el que se deben tratar temas de manejo empresarial; el derecho contractual, ya que en la industria de la moda se generan bastantes contratos de carácter civil y comercial, como los celebrados entre proveedores, distribuidores, mercadeo, de publicidad y demás, o el derecho del consumidor donde siempre se debe velar por proteger, promover y garantizar la efectividad y libre ejercicio de los derechos de los consumidores, así como el respeto a su dignidad e interés económico, entre otras ramas. 

No obstante, en la práctica se ha demostrado que Colombia no tiene un muy buen progreso en el derecho de la moda, como, por ejemplo, el hecho de que los términos en la ley sean bastante largos, considerando que las colecciones hoy en día no duran mucho en tendencia, por razones del Fast Fashion. Además de ello, no se ha generado un desarrollo de la materia en la ley, únicamente se ha tenido una aproximación doctrinal y esta ha sido exclusivamente sobre la propiedad intelectual, sin proponer mucho más allá sobre esta compleja industria. Lo cual, nos permite concluir que es necesario, por el nivel de impacto de la moda en Colombia un mayor interés por mejorar y desarrollar a mayor profundidad el Fashion Law como un todo, con la finalidad de proteger, crecer y fortalecer tanto la industria de la moda, como la economía de todo el país.

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_{1. Aranda, A. (23 de febrero de 2020). Forbes. Obtenido de Forbes: https://forbes.es}

_{2. Estudio de Procolombia. https://investincolombia.com.co}

_{3. (21 de septiembre de 2022). La República. https://www.larepublica.co}