El crecimiento exponencial de la inteligencia artificial y su influencia dentro del derecho hace todos los días más presencia, adentrándose en las distintas ramas generando controversia y dilemas. En esta ocasión se está desarrollando un caso que proveerá una perspectiva en cuanto a la posición que tomarán las cortes regulando las IA. 

El caso trata de tres diseñadores independientes que presentaron una demanda en contra de la empresa súper productora de ropa originaria de China  “Shein” por infringir sus derechos de “Copyright” y el acto “RICO”  el cual en su mayoría trata delitos de extorsión pero que, a favor de este caso, sanciona el “racketeering”. Este término anglosajón habla de un comportamiento del crimen organizado en donde un grupo de personas de manera coercitiva, fraudulenta e ilegal coordinan una operación para generar ganancias. 

Los tres artistas alegaron en su denuncia que “Shein” cuenta con un algoritmo oculto que manipula datos mercantiles, promueve la competencia desleal y analiza resultados de búsqueda generando un monopolio e información engañosa o falsa en la aplicación de la compañía, en lo que respecta a la popularidad del producto, opiniones de clientes y tendencias de precios. Al inflar artificialmente sus propias métricas de rendimiento y ocultando comentarios negativos, la marca ha creado una percepción sesgada de la demanda y calidad de sus productos. Los demandantes aseguraron que el algoritmo no sería viable si no produjera reproducciones idénticas que podrían perjudicar significativamente la trayectoria de un diseñador independiente. Asimismo, argumentaron que la inteligencia artificial de Shein posee la astucia suficiente para tomar posesión indebida de las piezas para mayor capacidad de éxito comercial.

Esta manipulación de datos de mercado induce en error a los consumidores para que tomen decisiones de compra basadas en información incorrecta. Esto no sólo disminuye la confianza del consumidor, genera ventajas injustas, sino que también dificulta que se compita en igualdad de condiciones promoviendo la competencia desleal. 

A partir de esto surge un debate importante sobre la regulación del uso de las IA y la ética con la que se tiene que manejar las mismas. Así mismo abriendo puertas en cuanto a la primera decisión de una corte sobre el tema, la cual se podría ampliar a otros campos y poder así, tener claridad de la posición que toma la jurisdicción sobre las IA, su regulación y limitaciones.