¿Son válidos los Smart Contracts en Colombia?

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La tecnología ciertamente ha cambiado de gran manera la forma en la que funciona el mundo, esto en relación con cómo nos relacionamos a los demás, el tráfico de información, las redes sociales, la educación, el turismo. Con todo, los contratos aún se hacen de la misma forma que hace muchos años, y los contratos funcionan mejor si las dos partes actúan de buena fe, pues de lo contrario, los costos para hacerlos efectivos pueden superar el mismo monto del contrato, haciendo de su exigibilidad un proceso extenuante y complejo.

Con todo, antes de empezar a explicar la validez de los Smart Contracts es importante señalar que un contrato es un acto jurídico mediante el cual las personas adquieren derechos y obligaciones, partiendo del principio de la autonomía de la voluntad privada. Esta clase de actos jurídicos se encuentran regulados en el Código Civil y en el Código de Comercio. Precisamente, el artículo 1502 del Código Civil determina que los elementos esenciales para obligarse son la capacidad, el objeto lícito, el consentimiento y la causa lícita.

Sin considerar necesario ahondar en cada uno de estos elementos, a continuación se hará una breve explicación para proceder a aplicarlos a los Smart Contracts. Conforme a lo anterior, en primer lugar, la capacidad se entiende como la aptitud de una persona para adquirir derechos y obligaciones. En segundo lugar, objeto lícito se refiere a que el objeto del contrato debe ser permitido por la ley. En tercer lugar, el consentimiento libre de vicios se refiere a que la persona es libre y consciente de la decisión que está tomando, así, no está siendo obligada a hacer parte del contrato ni vincularse a él. Por último, el requisito de causa lícita se entiende cumplido cuando el por qué de las obligaciones es permitido en el ordenamiento jurídico. 

Tradicionalmente, los contratos se realizan en hojas de papel y se firman de forma manuscrita. No obstante, debido a la globalización es común encontrar contratos que se firman en Colombia y en un minuto han sido firmados en Estados Unidos también. Esto se debe a que los contratos se pueden transmitir mediante mensajes de datos, usando plataformas como Outlook, Gmail, incluso WhatsApp. 

Aunque el medio para enviar contratos ha cambiado, y desde hace más de 20 años (con la Ley 527 de 1999) existen tres tipos de firma (manuscrita, digital y electrónica), aún hoy en día hay Cámaras de Comercio como la de Medellín que solicitan la firma manuscrita para inscribir actas de asamblea y certificados. Así, aunque un documento cuente con plena validez y se ajuste a los requisitos legales para obligar a las partes, siempre hay obstáculos culturales o de cualquier índole que dificultan la transición de un medio a otro, como parece estar ocurriendo con los Smart Contracts, tal y como se explicará a continuación. 

Los Smart Contracts o Contratos Inteligentes, no son Contratos en sentido estricto, sino que se tratan de códigos de programación, en los cuales dos personas adquieren obligaciones que vencido el término o cumplida la condición, se ejecutan automáticamente. Además de que ciertamente la ejecución automática de los Smart Contracts disminuye los costos que representan un incumplimiento contractual y mitigan su riesgo, estos se caracterizan por su inmutabilidad, puesto que todos los participantes cuentan con copias del contrato, así, cualquier adulteración quita validez al contrato.

Ahora, ¿esto quiere decir que los Smart Contracts son válidos en Colombia? Pues, como todo en el mundo legal, depende. Ciertos contratos se denominan “solemnes”, y esto se debe a que la ley impone unas condiciones especiales para que puedan entrar en vigor, un ejemplo claro de esta clase de contratos es el de compraventa de bien inmueble, que debe ser elevado a escritura pública para cobrar validez, ¿se podría inscribir un código de programación? Por el momento, lo más probable es que no. Igualmente, hay ciertos contratos que no requieren condiciones de esta clase para entrar en vigencia, por lo que consideramos que sí. 

Así pues, la naturaleza misma de los Smart Contracts permite que versen sobre posibilidades infinitas de códigos de programación, códigos que a nuestro criterio son susceptibles de generar efectos jurídicos. Los contratos inteligentes requieren de la unión de dos o más voluntades, donde cada una expresará sus necesidades u su voluntad para plasmarlas en código de programación y esas reglas de juego se ejecutarán de manera automática y autónoma, asegurando que el acuerdo expresado surja de la capacidad de las partes de comunicar sus intereses y plasmarlos en un código inmutable, que garantiza la seguridad jurídica y la vocación de permanencia de los contratos en el tiempo, siendo esto un gran avance para la forma en que contratamos actualmente.

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